
El desarrollo psicomotor
El desarrollo psicomotor de los niños, nos habla del proceso evolutivo que tienen los niños y que además van adquiriendo a medida que su sistema nervioso central va madurando, permitiéndoles así, alcanzar nuevos hitos de desarrollo.
En el primer año de vida es donde se pueden observar una mayor cantidad de cambios en nuestros pequeños, los cuales pasan de tener una actividad motora refleja, a adquirir diversas habilidades como tener control cefálico, rolarse, sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr; y por supuesto todo esto les permite explorar su entorno.
Es importante comprender que cada niño tiene su ritmo y no todos alcanzan ciertos hitos del desarrollo en las mismas edades, por su puesto siempre hay bibliografías que indican las edades promedio del logro de los hitos, pero siempre van a haber niños que alcanzan cierto desarrollo antes de los esperado, otros que lo alcancen a la edad promedio y otros que quizás les tome un poco más de tiempo. Lo vital es brindarle siempre la estimulación acorde a su edad.
Una de las preguntas más comunes es ¿Cómo puedo estimular el desarrollo de mi hijo/a en casa?: No se necesita ser un profesional de la salud o la educación para poder brindar ambientes ricos en estímulos a los niños.
Uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de los niños es permitirles explorar bajo un principio de libre movimiento, en el cual pueda explorar con libertad, descubrir todas las maneras que tienen para moverse y sus extremidades. Si tenemos a un bebé envuelto durante todo el día, el cual no pueda mover sus brazos y pies con libertad, lo privamos de tener experiencias, estímulos e inputs sensoriales que van formando redes neuronales y enriqueciendo el desarrollo del bebé.
Brindar espacios ricos en estímulos y experiencias, es de suma importancia, desde conversar con nuestros bebés, colocarles estímulos auditivos y visuales que les permitan fijar la mirada en el objeto, mover su cabeza para hallar la fuente del sonido, movilizar sus brazos y manos para intentar tomar el objeto, hablarles desde distintas posiciones (a los lados del bebé, desde arriba o abajo) para que pueda desplazar su cabeza y/o torso hacia el adulto.
A medida que va logrando levantar su cabeza y dar darse vuelta cambiando de posición, le atraerán mayores estimular, intentará explorar de manera más activa su entorno, la boca se convertirá en la principal fuente para explorar objetos, al llevárselos a la boca, saboreándolos, sintiendo su textura, olor, rigidez, etc.
A medida que los niños adquieren la capacidad de sentarse y/o mantenerse sentado van apareciendo a la par las reacciones de defensa, las cuales le permiten al bebé colocar su manos para evitar una caída o prevenir un fuerte golpe. Las primeras reacciones de defensa que aparecen son las delanteras, de modo que cuando el bebé puede el equilibrio hacia delante, es capaz de colocar sus manos. Posteriormente aparecen las reacciones de defensa laterales y aproximadamente al décimo mes las aparecen las reacciones de defensa posteriores. Estas reacciones son una acción refleja que acompañan al ser humano durante toda su vida, ayudándole y protegiéndolo ante cualquier caída o perdida del equilibrio.
El desplazarse por medio del arrastre o el gateo (antes de lograr gatear muchos bebés se arrastran, mientras que otros se saltan el arrastre y alcanzan directamente el hito de gateo), les permite tener mayor alcance a nuevas superficies que antes solo podían llegar por medio de los brazos del adulto. Perseguir al adulto, tomar ese objeto que tanto le atrae, treparse a un mueble, buscar su juguete favorito, alcanzar a su mascota, son alguno de los alicientes y estímulos que podemos brindar a nuestro bebé para incentivarlo a desplazarse.
Una vez que nuestro bebé logra gatear, va fortaleciendo la musculatura que le permite tener mayor fuerza y capacidad para levantarse y mantenerse en pie, apareciendo el conocido “paso de caballero”. A medida que el bebé se coloca de pie y se sujeta de diversas superficies, observamos que, al llamarlo, mostrarle un objeto de interés o motivarlo con algún estímulo, el niño empieza a desplazarse hacia los lados sujetándose se una mesa, de la pared, un mueble o cualquier superficie firme; de esta manera se inicia en la marcha o caminata.
Recordemos que el bebé va a sentir mayor interés por el entorno que lo rodea a medida que le brindemos espacios ricos en estímulos, motivándolo a descubrir el mundo, a explorar el ambiente, a desplazarse para obtener eso que tanto le atrae, a colocarse de pie y caminar de un punto a otro para dar un abrazo al adulto. Siempre es el ambiente y sus estímulos lo que motivan al niño a explorar más, y lo que les permite ir adquiriendo los hitos de desarrollo propios de su edad y su madurez neurológica.
Cada niño tiene su ritmo y lo importante es siempre mantenerse atento al interés del bebé por el ambiente y a la capacidad de éste para ir alzando los distintos hitos de desarrollo.
Wendymar Marín – Terapeuta Ocupacional Jardín Infantil Vovó Beba.